Es imposible definir con palabras la fuerte emoción que sentí ayer en «Mas Janet», en Torrebesses (Lleida), realizando la grabación en video de mi obra «Homenaje a Emili Pujol», en los mismos parajes donde el Maestro se retiraba a descansar y a componer. Tuve el gran privilegio de tocar mi obra, en su lugar preferido: «el cubil», donde buscaba inspiración y se sentía siempre reconfortado, rodeado de olivos en flor, bajo el aroma de los pinos y junto a las piedras que tantas y tantas veces debieron recoger el sonido mágico de su guitarra. Piedras que parecían darle a mi guitarra una resonancia especial, llena de nostalgia y melancolía, como la que desprenden tantas de las composiciones del Maestro.




